De qué hablamos, cuando tratamos los recursos humanos

Cuando hablamos de recursos humanos, generalizamos. Socialmente se tiene la concepción de que una sola persona puede abarcar todo. Y para nada es así.

Se debe entender, que así como los humanos tenemos formas de interacción y comportamiento díficil de etiquetar, con los recursos humanos sucede algo similar.

En nuestra asesoría encontramos dos campos concretos: Las relaciones laborales y la sociología. Ambos con una fuerte vinculación, crean una comprensión personalizada de cada empresa, miran el punto de vista de la organización,
observan, estructuran datos, analizan el contexto y contribuyen a mejorar cualquier organización, emprendedor, profesional independiente, pequeña o mediana empresa.

La rama de las relaciones laborales, se ocupa de analizar cómo se desarrollan las interacciones entre los
trabajadores y las empresas, así como las diferentes formas de organización del trabajo.

Examinan tanto los aspectos individuales como los colectivos de la relación entre empleados y empleadores, incluyendo los conflictos y las negociaciones que pueden surgir. Además, la rama juridica es compleja y se encuentra en un cambio constante, por tanto unir la parte legislativa con las dinámicas sociales, es una buena forma de encarar el departamento de recursos humanos de cualquier organización.

La sociología, por su parte, proporciona un marco teórico para comprender las relaciones laborales en el
contexto social. Esta disciplina estudia los fenómenos sociales, las estructuras y las dinámicas que influyen en la forma en que las personas se relacionan entre sí y con las instituciones.

En el ámbito laboral, la sociología nos ayuda a entender cómo los factores sociales, como la clase social, el género y la etnia, afectan a las oportunidades y las experiencias de los trabajadores, y/o a la empresa. Desde esta perspectiva, se asume que las relaciones laborales no se limitan únicamente a la interacción entre individuos, sino que están moldeadas por las estructuras sociales, económicas del sistema, construcción de identidades, roles, normas sociales o expectativas, entre otros.

Por tanto, juntar la perspectiva de las relaciones laborales y la sociología, hace que la complejidad de las
interacciones humanas en el ámbito laboral, sea más factible de analizar y estructurar. Esto implica comprender no solo las políticas y prácticas organizativas, sino también las dinámicas de poder, la desigualdad y las estructuras sociales subyacentes que influyen en las experiencias y los resultados de los trabajadores. Al tener en cuenta estos aspectos, podemos desarrollar prácticas de recursos humanos más equitativas, justas y eficaces, que promuevan la satisfacción y el bienestar tanto de los empleados como de las empresas en las que trabajan.

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